El Carmelo de El Juncal fue un convento eremítico (desierto o eremus) perteneciente a la provincia bética de la Orden del Carmen, en su primitiva y regular observancia, fundado por Juan Solana, a su regreso de América (1606).
Enclavado junto a la aldea de La Muela, en plena Sierra de Cádiz, el viejo monasterio fue el lugar idóneo y más apto para practicar el eremitismo, aquel género de vida que adoptó cierto número de frailes en recuerdo de los primeros carmelitas que se asentaron en el Monte Carmelo de Palestina, allá por 1190-1210.
En El Juncal moraron aquellos frailes hasta que el viejo cenobio fuera expropiado y clausurado en 1835, diluyéndose con posterioridad su recuerdo entre las brumas de la historia.
El Desierto del Juncal fue fundado en 1624. Estaba situado extramuros de la villa de Algodonales. Aunque Juan de Salazar y su mujer María Jesús habían donado la ermita que poseían en el Juncal a los carmelitas calzados en 1606, los frailes tardaron casi dos décadas en fundar el convento debido a las dificultades del terreno y a la oposición del arzobispo de Sevilla.
A lo largo de su existencia, el número de frailes osciló entre los 5 y los 17. El convento se unió a la congregación de la Strictior Observantia en 1653 y ocho frailes del Convento de Nuestra Señora del Carmen de Castro del Río se trasladaron al Juncal para unirse a la reforma.
A finales del siglo XVIII el convento llegó a contar con una renta de 28.800 reales de vellón.
Durante el Trienio Liberal (1820-1823) el convento fue cerrado y los frailes fueron destinados al Convento de Nuestra Señora del Carmen de Antequera por la Real Orden de 30 de abril de 1821 sobre el arreglo de conventos de la provincia de Málaga, en cumplimiento de la Ley sobre monasterios y conventos de 25 de octubre de 1820. El convento fue suprimido definitivamente por los decretos de exclaustración de 1835.
Extraído de la bibliografía existente en distintos sitios web.
- In: Noticias